Las relaciones son tu asignatura pendiente en este nuevo curso que comienza hoy.
Has ido creado conexiones neuronales que controlan y dirigen tu forma de relacionarte, aunque no te des cuenta. Y es que no hay relación importante sin conflicto. Y la ausencia de conflicto no es sino una muerte anunciada de la relación; bien por indiferencia, bien por una postergada explosión inesperada e inmanejable.
La crítica es en ti una reacción automática, instalada en lo profundo de tu cerebro. En presencia del conflicto con alguien, te inundas emocionalmente, activas las zonas más primitivas del cerebro, y desde ahí te es muy difícil recuperar la lógica para encauzar una conversación constructivamente.
La crítica en tus conversaciones van deteriorando tus relaciones personales, profesionales y la calidad de tu vida. Una crítica mal expresada y a terceras personas cuesta perdonar y mas olvidar.
Me pregunto para qué lo haces. Eso que tú llamas “críticas sin importancia”.
1.“ Te voy a contar, es que si no lo digo, exploto” ¿Para desahogarte, cuando sientes que la otra persona ha dicho o hecho algo que te molesta e indigna?. Una vez más el problema está en ti, por permitir que te afecte o por tu cobardía al no atreverte a expresar cara a cara tus sentimiento o por tu incompetencia y habilidad en mantener una conversación difícil con la otra persona.
2. “Vamos a hablar de otras personas para no hablar de nosotras” ¿Por que surge espontáneamente?. Hablar de otras personas es un tema de conversación fácil sobre todo cuando tenemos conversaciones pendientes con nosotras mismas o con las personas presentes.
3. “Mira lo que hace ella que yo no hago” ¿Para demostrarte a ti misma lo buena que eres?. Inconscientemente quieres quedar bien delante de los presentes. Es la forma que encuentras de demostrarles el valor que crees tener que demostrar.
¿Podrías dejar de hacerlo este nuevo curso, por favor?
Raramente hablas a tus compañeros de trabajo de sus defectos, cara a cara, con respeto y sólo con el deseo de ayudarles a mejorar. No les hablas a ellos; hablas de ellos, cuando no están. Las críticas mutuas entre las personas de la familia, amigos y trabajo hacen que el ambiente se vuelva irrespirable. Si todos hablamos mal de los demás, al final nadie tenemos las espaldas seguras. Cuánto tiempo y energía perdemos y cuánto sufrimiento causamos.
Puedes cambiar la crítica por la expresión de tus sentimientos, con una petición directa, a la persona que corresponde. Cumple el mismo fin de liberación emocional y además tienes más probabilidades de lograr que no se repita la misma situación, y por supuesto, es la única esperanza de salvar la relación y de aprendizaje profundo.
Sin agresividad, en el momento y lugar más adecuado, en privado, hablando sobre el hacer y nunca sobre el ser, teniendo en cuenta el para qué de la crítica, que siempre es el aprendizaje de la persona que la recibe.
Si piensas que no lo va a entender y que la crítica será contraproducente, sabrás que lo mejor será guardar silencio. Porque las críticas no se hacen para tranquilizar la conciencia o desahogarse; se hacen para ayudar a la otra persona a mejorar y aprender. No están dirigidas al bien de quien las hace, sino al provecho de quien las recibe.
Recuerda dos cosas más:
- En todo momento estás comunicando. Miradas, actitudes y expresiones del rostro, también pueden expresar críticas de forma sutil y devastadora.
- Criticamos paradójicamente a las personas que nos importan y en ocasiones a las que más queremos.
- El criticar a personas no presentes habla más de ti que de la persona “criticada”. ¿Es esa la identidad personal y profesional que quieres crearte a partir de ahora? Suerte!