Nadie te avisó.
Publicado el 12 octubre, 2014
Reconoce lo que te está pasando. Consumes y te distraes mientras tu infelicidad va en aumento. No estás deprimida estás confundida.Nadie te preparó para esta realidad compleja y cambiante.
Sientes necesidad de relacionarte y estar conectada. Quieres amar, disfrutar y aprender con los demás. Estas biológicamente condicionada para convivir, colaborar, cuidar a los demás.
Te dejas enredar por un cerebro histriónico que está programado para sobrevivir, imaginar peligros, surgir, obedecer, obcecarte y sufrir. No hay peor cárcel que la que te fabricas con tus juicios, creencias, hábitos, miedos, expectativas y baja autoestima.
Pero ahora sabes poner en práctica el potencial de tu cerebro y estás desarrollando habilidades y competencias que te ayudan a sacar a la luz tu naturaleza social y creativa. Simplemente necesitas entrenarlas. Es voluntad. Empieza a trabajar tu mente como aprendimos en el siglo XX a trabajar y cuidar el cuerpo.
Cambiar un hábito es siempre difícil, pero cambiar un hábito emocional y personal es particularmente más difícil. Has desarrollado hábitos que se han convertido en una opción automática en tu celebro y que te parece lo natural y lo correcto. Para romper ciertos hábitos tienes que llegar a hacer un pacto consciente con una misma.
Se consciente de tu vulnerabilidad y susceptibilidad frente a fuerzas sociales que te rodean ( para bien y para mal ) . Has aceptado una herencia enorme y también tienes una enorme capacidad para superar y reparar las circunstancias de tu vida.
Conoces la remodelación molecular. No sólo cuentan tus primeras fases de la vida, puedes elegir cómo vivir bien hoy. Necesitas el amor de los demás. Necesitas aprender a conectar con los demás, elegir cuidadosamente, día a día como te relacionas y te comunicas. Con el tiempo tu cuerpo generará menos hormonas de estrés y te sentirás mejor.