1.Puedes elegir tus creencias, todo lo que haces o eres capaz de hacer se deriva de ellas. La buena noticia es que una vez que seas consciente de ciertas creencias del pasado -que ya no te sirven- puedes reemplazarlas por otras que te impulsan a lograr los resultados que te has marcando.
“Si no lo crees, no lo ves”. “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes estas en lo cierto”. Incluso algunas personas “lo lograron porque no sabían que era imposible”.
2. Puedes elegir cómo interpretar todos los acontecimientos, circunstancias que la vida te presenta.Creas tu propia realidad en mucha mayor medida de lo que te imaginas. Tu pauta de interpretación, hoy, está en función de tu cultura, experiencias, creencias, inquietudes e historia.
Ves sobre todo lo que crees y en una medida menor crees en lo que ves. Sólo serás capaz de ver lo que le permita ver el color del cristal con el que estás “habituado” a ver. Pero es posible, cambiar de gafas… ¡y por consiguiente, de mirada!
Puedes afirmar “Hoy hará exactamente el tiempo que más deseamos”. Puedes reemplazar también la palabra “tiempo” por “acontecimientos en tu vida, trabajo y relaciones”. Esta es otra forma de vivir: eliges interpretar y dar un significado a todo lo que te sucede, sin necesidad de ser víctima de las circunstancias. Recuerda, no eres víctima de tus circunstancias si no responsable de tus decisiones.
¿Qué harías tú si alguien te entrega un objeto que no necesitas o que no quieres? Te limitas a no recogerlo. Sin embargo en momentos dedicas tiempo y tiempo a recoger e incluso a “sufrir” con juicios, rumores, conflictos externos, y otros regalos recibidos que si te paras a pensar por unos momentos te darías cuenta que no los necesitas y te apartan de tu camino hacia los resultados y estilo de vida que deseas.
3. Puedes determinar el nivel de conciencia y de atención a lo que está pasando. Tal vez no eres responsable de lo que estás viviendo, pero sí eres responsable de cuanto tiempo permanecer ahí.
Por ejemplo, toma conciencia de que ; no asumes la aventura de ir por carreteras de montaña. Tu vida puede ser muy variada, poco predecible, con grandes saltos, tensión y gran vértigo. Llegarás a sitios recónditos poco transitados y “espectaculares”.
Y toma conciencia también del peaje que tienes que pagar por ir por autopistas permanentemente en tu trayectoria persona y profesional. Tu velocidad es muy constante, las curvas se ven a mucha distancia y están bien indicadas. Tienes que pagar un peaje para mantener esta “supuesta” seguridad y estabilidad. La autopista te lleva más lejos, aunque a lugares “ conocidos “ y “transitados”.