Para lograr el “momento mágico” de la participación en los equipos necesitas humildad. No es cuestión de acaparar y de brillar tú, sino de acompañar, provocando en la sombra sin juzgar. Necesitas rapidez, lucidez y eficiencia, como si se tratara de arreglar un avión en pleno vuelo estando dentro y a la vez gestionando las emociones que provoca la situación.
Humildad y confianza para adaptarte con flexibilidad a todo tipo de personas y organizaciones. Confiando plenamente en que cada persona o sistema tiene los recursos y la respuesta a sus inquietudes aunque en momentos no la vea.
Tu tarea es diseñar y crear espacios para que las personas experimenten nuevas formas de pensar, sentir, decidir y actuar.
Desarrolla el arte de entrar con respeto y humildad en el alma de cada persona, organización y sistema para acompañarla a dónde ella quiera.