En ocasiones confundes placer con auténtica felicidad.
Una felicidad que depende de los acontecimientos beneficiosos o adversos no te hará libre.
No dejes la llave de tu felicidad en manos del vaivén de emociones agradables o desagradables. Recuerda que tú no eres tu emoción.
Puedes alcanzar la plena independencia interior trascendiendo tus emociones y a pesar de las circunstancias.
Observa a tu alrededor, las personas más felices no son siempre las que tienen las circunstancias más favorables.