Hay unos momentos, esos que dejas a un lado tu «yo» físico, mental y emocional, que entras en contacto con tu sabiduría natural.

Libre de tus pensamientos, eres un espejo que sólo refleja lo que es y no un espejo como el del cuento de Blancanieves, ni como el de tu baño, que te habla y te enjuicia.

Pasó la época de personas maestras y guías externas a ti que te marcan por dónde ir. Desde la Presencia encuentras esa respuesta que buscabas fuera. No esa voz que te enjuicia, critica y te hace sentir culpable. Ni esa voz que te impulsa a una actividad desde el «tener que» o » deber de». Esa voz que cuando abrazas el silencio es certeza.

¿Por qué no confías hoy más en Ti?

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