Para poco a poco, sin prisas.
Empieza «saliendo del tiempo». Recógete de vez en cuando en el silencio, medita, pasea plácidamente, siéntate tranquilamente en un banco, respira y disfruta del contacto con la Naturaleza.
Empieza «a incorporar pausas» . Aplica la pausa a la hora de comer, conversar, leer, hacer el amor.
Empieza a «transformar tu agenda diaria» introduciendo en ella «huecos en blanco», franjas horarias para las que no programas nada y puedas dedicarte a no hacer nada.