Cuando recuerdas el propósito que surge de tu ser,  te conectas con una fuente enorme e inagotable de energía. Si olvidas tu propósito en la vida te puedes sentir a la deriva y acabar marchitándote. Recordar cada mañana tu propósito te motivará lo bastante como para silenciar el ruido que llena tu cabeza. Estarás Presente fluyendo y dando lo máximo de ti con autenticidad.

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