Reconoce los dones y talentos que atesoras y compártelos con naturalidad en el «hacer no haciendo». Sin esfuerzo y con entusiasmo. Libre de cargas, sacrificio, obligación o preocupación.

Sin buscar otro resultado que la ilusión en sí de practicar tus dones y talentos.

Sin buscar la admiración o reconocimiento, ni tampoco buscar ayudar a nadie, en la vanidad que supone creer que puedes ayudar a otras personas simplemente porque crea tu ego que es «bueno o mejor» para las demás personas.

Únete a mi blog.